El portal Xataca sugiere las siguientes recomendaciones: lo primero que tienes que hacer es sacar el teléfono del agua, cuanto antes, ya que mientras más tiempo permanezca sumergido, el líquido llegará a más lugares.
Debes apagar el móvil para evitar cortocircuitos que empeoren la situación, debido a los posibles daños, en ocasiones utilizar la vía convencional para apagarlo puede ser imposible, por lo que lo más sencillo es extraer la batería o pulsar prolongadamente el botón de apagado.
Se deben separar todas las piezas posibles del teléfono (baterías, tarjetas, bandejas) a fin de facilitar un secado más sencillo. Una vez despiezado, toca secar todos los componentes al máximo. Para ello podemos emplear una toalla, pero nunca un secador, ya que esto lo único que hará es que el agua se introduzca aún más en el interior.
Si el móvil se ha caído en agua salada, esta hará un efecto corrosivo inmediato si no la eliminamos correctamente. Lo adecuado es dar una limpieza a todos los componentes del móvil con un cepillo empapado en alcohol isopropílico, que ayuda a eliminar cualquier resto de sal.
Una vez desmontado y secado el terminal llega el momento de la paciencia. Ya sea en arroz, arena de gato o copos de avena, tenemos que sumergir el teléfono mojado durante 48 horas en alguna de estas opciones. Dos días en los que lo mejor es no tocar para nada el teléfono, con el fin de que el absorbente haga su trabajo.
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