El estudio no presta atención a las vulnerabilidades existentes en sistemas complementarios y con una duración finita como Symbian (Nokia) o Bada (Samsung). Los datos corresponden al total de vulnerabilidades acumuladas desde 2007, aunque lo cierto es que en 2012 el iPhone sigue conservando 205 vulnerabilidades. Demasiadas si comparamos esta cifra con las 24 que tiene Android. Existe, eso sí, una teoría que explicaría la razón por la que el iPhone tendría tantos agujeros detectados. Según uno de los responsables de este estudio, los cibercriminales no tienen la opción de llegar a los usuarios, para lograr infectarlos, desde la App Store de iTunes. De este modo intentan buscar vulnerabilidades en el propio iPhone. Al ser Android una plataforma de código abierto, los hackers tienen una tarea más fácil y de hecho, pueden atacar a los usuarios escudriñando en la propia plataforma o sistema operativo.
Apple realiza un control sobre las aplicaciones que entran en la App Store, este es exhaustivo y complejo. De esta manera, resulta muy difícil que el usuario reciba una infección con origen en la tienda de aplicaciones. No es lo mismo los agujeros que puedan existir en el propio funcionamiento de la plataforma. El caso de Android es distinto. El sistema es muy seguro, puesto que es de código abierto y eso ya garantiza cierto grado de seguridad per se. Otra cosa es el malware que pueda infectar a los usuarios. Hay que decir, sin embargo, que solo un 0,5% de las infecciones proviene de aplicaciones descargadas desde Google Play, la tienda de aplicaciones para Android. En una de las últimas versiones de esta plataforma (Android 4.1.2) ya se incluye un procedimiento de verificación que nos permite controlar si una aplicación es o no es segura. Los usuarios deben tener en cuenta que la descarga de aplicaciones desde sitios o tiendas no oficiales pueden entrañar riesgos notables que no vale la pena correr.
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