Glam Sqad, por ejemplo, envía a casa de sus clientas un peluquero, a un maquillador o a un servicio de manicura. Sería una especie de Uber de la belleza, concepto que también explotan StyleBee o Priv, que amplía la oferta con entrenadores personales, clases de yoga o un masaje.
Lifebooker simplemente avisa de las ofertas de última hora para servicios habitualmente carísimos, por lo que fue definida por Harper Bazaar como "el Groupon" del cuidado personal.
Y Visada es como un Instagram al que, en vez de ponerles filtros fotográficos, la "selfie" será mejorada por maquillaje real hasta conseguir el aspecto deseado.
Todo en busca de una nueva mujer que sobrecarga su vida de actividades que amenazan con poner en peligro su coquetería y a un precio más accesible de lo habitual, con servicios desde los 50 dólares.
Emprendedores formados en Harvard se esconden detrás de su empresa, que ofrece desde el móvil varios modelos diferentes de peinado, maquillaje y manicura.
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