domingo, 25 de junio de 2017

Reinventarse o morir, el reto del smartphone en el final de una era


Hace tiempo que los celulares han dejado de sorprender. Si bien los últimos modelos ofrecen más potencia, velocidades extremas o millones de píxeles, las mejoras que se incorporan en cada modelo no son más que evoluciones de lo que ya existe.
Portales especializados en tecnología, como The Verge o Computer World, señalan que los fabricantes han llegado al límite en cuanto a innovación y que los desafíos se centran ahora en mejorar el rendimiento. Pero los consumidores de tecnología exigen que la industria se extienda y los vuelva a sorprender.

Hay poco avance
Hay consenso en que el avance de la industria se ha desacelerado y que los pasos que da son cada vez más cortos. Sin embargo, hay dos miradas sobre lo que vendrá: mientras algunos expertos hablan del fin del smartphone y la urgencia de una nueva tecnología que lo reemplace, otros señalan que estamos en la puerta de un ‘renacimiento’ de los móviles

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David Moheno, director de Relaciones Públicas de Huawei para América Latina, señaló, en contacto con EL DEBER, que estamos en un punto de inflexión, en el que “estamos evolucionando del mundo digital a un mundo verdaderamente inteligente”.
“La innovación tecnológica ya no se mide por los megapixeles de una cámara o por la capacidad de almacenamiento, sino en cómo este dispositivo logra, de forma intuitiva, no solo resolver nuestras necesidades y exigencias diarias, sino también adaptarse y aprender de ellas”, señala y añade que “el smartphone es, y será dentro de un futuro predecible, una extensión vital de nuestra vida productiva, creativa, recreativa y personal”.


Con él coincide, Henry Blodget, director de la revista Bussiness Insider, citado por la cadena estadounidense CNBC, quien asegura que “estamos por entrar a una nueva era que cambiará drásticamente la industria en la misma forma que lo hizo el iPhone en 2007”.

Hacia dónde vamos
El futuro de los teléfonos inteligentes o la construcción de la tecnología que puede reemplazarlos, llamada realidad aumentada, está liderada por gigantes como Microsoft, Amazon, Elon Musk y Facebook y consiste en una proyección virtual sobre el mundo real y en la que, por ahora, solo se necesitan gafas, señala el diario español El País.


Por ejemplo, un conductor que busca direcciones o revisa el GPS no tendría que quitar la mirada de la carretera para recibir la información o un médico no tendría que ver diferentes pantallas para leer los sensores durante una cirugía: todos los datos que ahora vemos en el teléfono se verían superpuestos en la realidad: en todos los lugares en los que pongamos la mirada.
Para Allen Yang, director del Centro de Cognición Aumentada de la Universidad de Berkeley (California, EEUU), la transición será gradual: el smartphone perdurará combinado con la realidad aumentada, pero en algún momento habrá la necesidad de “crear otro aparato sin el que la gente no pueda vivir”, afirma.


¿Y cuál será ese aparato? Yang no tiene claro el formato del dispositivo del futuro, pero afirma que “tiene que ser algo cómodo. Las gafas, como Hololens de Microsoft, todavía no lo son. La gente las coge durante cinco minutos y después las deja tiradas”, dijo a El País.


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