lunes, 19 de junio de 2017

En nombre de la seguridad, crecen las apps para revisar celulares


Saber todo lo que los hijos hacen es el sueño de cualquier papá sobreprotector y la tecnología está facilitando la tarea.


El uso de los celulares es una preocupación para muchos padres por el riesgo que representan: pueden acceder a contenidos inapropiados o ser contactados por delincuentes.
Por ello, en nombre de la seguridad familiar, los servicios para supervisar la vida digital de los hijos crecen en el país. Existen desde aplicaciones para ‘acompañar’ virtualmente a alguien hasta plataformas que permiten leer los mensajes que otro usuario comparte desde su celular.


Una empresa paceña ofrece, por ejemplo, un software que se instala en el celular de otra persona y deja leer, desde una página web, los contenidos que él recibe y envía a través del móvil. El servicio, que cuesta 700 bolivianos por mes y sirve solo para Android, promete escuchar llamadas, ver los números entrantes y salientes, los mensajes de texto, los contenidos de WhatsApp, la ubicación y la lista de contactos.

¿Y el cifrado extremo?
En 2016 WhatsApp anunció que sus mensajes estaban protegidos de extremo a extremo y que nadie más que los miembros del chat podían verlos.
Willians Duabyakosky, experto en seguridad informática, explica que el cifrado existe pero solo de punto a punto, es decir que los textos están protegidos durante ‘el viaje’. Sin embargo, cuando el mensaje llega al destino, los datos se almacenan en la memoria del teléfono y termina el blindado de WhatsApp.


Como este servicio, hay muchos más. Algunos son menos invasivos y permiten conocer la ubicación de otra persona y enviar alertas de seguridad, como Spalhi, una aplicación boliviana creada para Android e iOS que requiere que los usuarios se vinculen voluntariamente, o Family Link, un servicio que permite a los padres bloquear el acceso a algunas páginas .

Marcar la cancha con ellos
El artículo 363 del Código Penal sanciona el acceso no autorizado a datos almacenados en soportes digitales ajenos. Sin embargo, la frontera entre la privacidad de los hijos y su seguridad es difusa, polémica y, finalmente, decisión de cada familia. El sicólogo Christian André recomienda no dar teléfonos inteligentes a menores de 14 años y explica que lo ideal es enseñarles a usar de forma correcta el internet para evitar riesgos.
“Se pueden usar estos programas (de vigilancia digital) siempre que sea producto de un acuerdo con los hijos”, asegura y añade que, en vez de espiarlos, es mejor que los hijos presten el celular de forma voluntaria a sus padres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario