Internet es una herramienta fascínate. El inédito acceso que hoy tenemos a la información que hasta hace algunos años atrás no podíamos siquiera concebir que existiese o la conectividad inmediata e increíblemente eficiente son sólo algunas de las tremendas bondades que la revolución digital, con la Red como eje, nos ha traído. Sin embargo, como ocurre con cualquier otra herramienta, Internet tiene un doble filo y, dentro de los numerosos aspectos sociales y culturales que ha revolucionado, también hemos visto cómo ciertas prácticas o elementos hasta entonces comunes se han diluido y algunos de ellos se extrañan, en la medida en que aportaban sabor o enriquecían la existencia. Y uno de esos elementos es la "privacidad", que se ha perdido por medio del espionaje legal o ilegal que implementan compañías, personas particulares y gobiernos) lo cierto es que hemos cedido nuestra privacidad a favor del uso de servicios que se concentran en Internet. El problema es que muchos de nosotros ni siquiera hemos hecho esto consciente y, peor aún, estamos lejos de entender las consecuencias implicadas en este fenómeno. La privacidad, que debería ser un derecho garantizado por los actuales gobiernos y entidades regulatorias, es hoy un bien cada vez más ajeno, y esto es algo que tarde o temprano podríamos lamentar enormemente.
Hace unos años atrás, concretamente el 2014, informes filtrados por el ex espía Edward Snowden, los periódicos ´New York Times´ y el ´Guardian´ desvelaron que existía un proyecto de colaboración entre las agencias de inteligencia de Estados Unidos y Reino Unido para el espionaje de posibles terroristas y otros criminales a través del uso de aplicaciones móviles. En documentos fechados entre 2007 y 2012 se citan varios ejemplos sobre las posibilidades de localizar a los usuarios con una precisión de pocos metros y de estudiar sus hábitos, sus amigos y hasta su orientación sexual o su "alineación política".
Los informes y presentaciones sobre los móviles no detallan la cantidad de usuarios o de aplicaciones espiadas, pero indican que es una práctica habitual. Un mes de 2009, la NSA detectó información sobre más de ocho millones de actividades de usuarios "de interés". En tres meses, los británicos destacaron datos que podían ser útiles sobre más de 24 millones.
Las agencias se muestran interesadas en interceptar información de los servicios de localización de los teléfonos, especialmente gracias a Google Maps, las cámaras de los móviles o las aplicaciones de ocio, que a menudo transmiten información sin que los usuarios tengan tanta conciencia de ello.
Un informe británico de 2012 pone como ejemplo de interés los perfiles de los usuarios de Angry Birds, el juego creado por la empresa finlandesa Rovio que ha sido descargado más de 1.700 millones de veces, según la compañía. Angry Birds ha sido utilizado por anunciantes para conseguir perfiles de los participantes y los espías intentan hacer lo mismo. El informe incluye el código necesario para entrar en los perfiles de los usuarios en la aplicación del juego en Android. Los espías también están interesados en meterse en las actualizaciones de los móviles. Uno de los documentos internos subraya que cada vez que se actualiza el sistema operativo de Android, el usuario manda unos 500 datos sobre el historial de uso del teléfono.
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martes, 7 de febrero de 2017
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