Así como los árbitros de la Copa del Mundo tienen finalmente tecnología en la línea de gol para impedir errores, los médicos brasileños esperan contar en poco tiempo con su propia tecnología para contener brotes de dengue.
En Natal (noreste), una de las 12 ciudades sede de la Copa del Mundo, una nueva aplicación para teléfonos inteligentes podrá alertar a los residentes sobre dónde hay concentración de mosquitos y casos de dengue con solo el toque de un dedo.
La aplicación fue desarrollado por el investigador académico Ricardo Valentim en colaboración con el epidemiólogo Ion de Andrade, que trabaja para la alcaldía de Natal.
"Si alguien identifica el dengue, lo señala en el mapa (de la aplicación) y eso nos permite ver dónde se está desarrollando y reaccionar inmediatamente para impedir que siga extendiéndose", dijo Andrade.
La aplicación "Observatorio del Dengue" está actualmente en fase de prueba pero se espera que ya esté disponible en línea a fin de mes. Cuando comience a funcionar, permitirá a las autoridaes saber exactamente dónde actuar.
"Si son mosquitos, podemos localizar y tratar la fuente de agua. Si se confirma un caso sospechoso, podemos tratar a la víctima", señaló Andrade.
No hay manera de prevenir esta enfermedad transmitida por el mosquito Aedes-Aegypti.
Brasil ha sido el país más golpeado por el dengue este siglo, con siete millones de casos reportados entre 2000 y 2013, incluidas 800 muertes en los últimos cinco años.
En la ciudad de Campinas del estado de Sao Paulo, donde el equipo de Portugal y su estrella Cristiano Ronaldo están alojados, tres mujeres de 27, 69 y 81 años murieron de dengue este año.
Plan antimosquito de la Copa
Varias ciudades del noreste del país como Natal, Recife y Fortaleza son consideradas como zonas de riesgo en un artículo publicado por científicos brasileños y europeos en la revista Enfermedades Infecciosas The Lancet el mes pasado.
Natal ha registrado 3.000 casos este año, y la conocida como "ciudad del sol" ha sufrido lluvias torrenciales desde que empezó la Copa el jueves pasado.
En un hospital local, Joana aguarda que le hagan un análisis de sangre.
"Me duele la cabeza, me duelen las articulaciones y tengo fiebre. El domingo me dolían los ojos", se queja.
Pese a que todos estos son síntomas de dengue, podría tener solo un simple virus.
"Hemos visto varios casos de dengue recientemente, pero estamos muy lejos de estar cerca de niveles considerados de epidemia", dijo el médico local Mario Toscano.
Los barrios más pobres de Natal muchas veces no tienen acceso a agua corriente, y menos a computadores o teléfonos móviles con aplicaciones.
Por eso en las favelas, donde los niños andan descalzos y las aguas servidas corren por las calles a raíz de la falta de saneamiento, el riesgo de dengue es mayor.
"Este es exactamente el tipo de lugar que atraería a los mosquitos", dijo Aberdal Varela Da Fe, señalando una tina de concreto con agua estancada usada por varias familias para cocinar y bañarse en sus pequeños ranchos de una sola habitación.
En el agua estancada, los mosquitos hembra ponen huevos que se convierten en larvas y que luego se transforman en mosquitos transmisores de la enfermedad.
Luego de visitar otra casa cercana, Varela Da Fe, uno de los 380 inspectores sanitarios empleados por la ciudad para controlar el dengue, recibió mejores noticias.
"Su casa está muy limpia", dijo a la anciana Ivanilda Firmino. "Todos los receptáculos de agua tienen tapa".
Firmino tiene razones para permanecer vigilante. "Soy muy cuidadosa, porque mi hijo ya ha tenido dengue cuatro veces", dijo.
Con cientos de miles de visitantes extranjeros viajando por Brasil hasta la final de la Copa del Mundo el 13 de julio, las autoridades están tomando las precauciones necesarias.
"Siempre existe un riesgo, pero este año no es tan grande", dijo Alessandre de Medeiros Tavares, el jefe médico del grupo de control de dengue de la alcaldía de Natal.
"Gracias a nuestros trabajos en el terreno, hemos tenido menos casos. Si tenemos que hacer más, tenemos un plan 'Copa del Mundo' listo para entrar en acción", sostuvo. "Pero creemos que lo más probable es que no tengamos que usarlo".
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