Atrás quedó la época de las cámaras desechables (con película), cuando el turista no tenía cuidado para entregar su dispositivo fotográfico a un extraño para tomarse fotos de si mismo junto a la familia delante de lugares turísticos. Ahora en el mundo moderno, no siempre es así con las cámaras caras, pero el inventor canadiense Wayne Fromm tuvo la idea de crear un palo en el que se puede poner la cámara o teléfono cada vez que se quiera tomar un selfie.
Fue un gran invento, a pesar de que se vendieron miles de imitaciones piratas el año pasado.Sin embargo, la masiva venta ilegal no ha impedido a Fromm convertirse en millonario.
Aunque no se conoce exactamente la fortuna amasada por este inventor, pero tan solo saber que vendió cientos de miles de palos a un precio promedio de 25 dólares nos da una idea de cuánto ganó.
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