martes, 4 de octubre de 2016

Según la Biblioteca en Línea Watchtower, en la actualidad existen 1.350 millones de teléfonos celulares en el mundo,



Según la Biblioteca en Línea Watchtower, en la actualidad existen 1.350 millones de teléfonos celulares en el mundo, y en algunos países los posee la mitad de la población, dado que caben en la palma de la mano e incluso llegan a distribuirse sin cargo alguno.

El diario australiano The Bulletin asegura que “el número de estos aparatos casi iguala al de televisores y computadoras personales juntos”. En efecto, en una veintena larga de países hay ya más celulares que teléfonos fijos. De ahí que un experto del ramo no solo los califique de maravilla técnica, sino de “fenómeno social”.

Ahora bien, este fenómeno social, ¿es una bendición o una maldición?, se pregunta la citada biblioteca en línea.

“Cultura de las intrusiones”

Pese a la utilidad del teléfono celular en la vida social y los negocios, muchos empleados no lo consideran una bendición, sino un grillete que los encadena a la empresa. De acuerdo con un sondeo, el 80 % de los agentes publicitarios y el 60 % de los trabajadores de la construcción se ven en la obligación de estar siempre localizables, sea para sus jefes o para la clientela.

La presión que siente el usuario de responder a las llamadas sin importar dónde se encuentre ni qué esté haciendo ha dado lugar a lo que un investigador denomina “cultura de las interrupciones”. A raíz de ello, los ingenieros han preparado un material de construcción destinado a restaurantes y salas de espectáculos que bloquea las señales de los celulares.

Aparte de sus molestas intrusiones, estos omnipresentes aparatitos pueden convertirse en un enemigo público. En un estudio canadiense se comprobó que conducir mientras se usa el teléfono encierra tanto peligro como hacerlo después de haber bebido.

Según Mark Stevenson, profesor de un centro de investigaciones sobre lesiones auspiciado por la Universidad de Australia Occidental, es mucho más difícil guiar un vehículo mientras se telefonea que mientras se conversa con algún acompañante. Pese al riesgo de accidentes y multas, 1 de cada 5 automovilistas australianos envía mensajes y 1 de cada 3 sostiene un celular mientras va al volante.

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