viernes, 24 de enero de 2014

La “app” que identifica a extraños NameTag


Tenía que llegar. Las redes sociales se han convertido en gigantescas bases de datos que pueden ser rastreadas de diversas formas y que han dado pie a que aparezcan aplicaciones como NameTag.

Esta singular herramienta permite que saquemos una foto con el móvil a otra persona y esa foto sea utilizada para realizar una búsqueda por imagen de la cara para contrastarla con millones de imágenes de personas que se han extraído de las redes sociales y que nos permiten identificarlas.

Los servidores de NameTag se encargan de realizar esa operación para luego ofrecernos toda la información pública de esa persona disponible en redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram, pero la cosa va más allá.

La empresa responsable de la aplicación, FacialNetwork, quiere aprovechar esta capacidad para que podamos saber si esa persona está buscando pareja en servicios de citas online como Plenty of Fish o Match.com, que son espectacularmente populares en los Estados Unidos.

De hecho, sus creadores también quieren incluir en esa base de datos las 450.000 entradas del Registro Nacional de Ofensas Sexuales de los Estados Unidos, así como otros registros criminales que permiten saber si la persona identificada está en dichas bases de datos.

Por supuesto el problema está en que esta aplicación parece saltarse —como otras en el pasado— las barreras de la privacidad o al menos de la ética. El compartir información en Internet vuelve a demostrar ser una práctica con ciertos riesgos.

Los responsables de la herramienta indican que los usuarios interesados en mantenerse fuera de estas bases de datos podrán deshabilitar esa opción en el sitio web de la empresa, www.nametag.com, e indican que esta herramienta “no se ocupa de invadir la privacidad de nada. La idea es conectar a gente que quiere que conecten con ella. Incluso permitiremos a los usuarios tener un perfil que se vea durante horas laborables y otro que solo se vea en situaciones sociales“. Un concepto como mínimo peligroso.

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