Hablar con alguien a solas es algo imposible hoy día. En pareja, con una amiga... Siempre hay un tercero en discordia: el móvil. El aparato omnipresente se ha hecho con un papel protagonista en la rutina, hasta llegar el punto de que casi el 75% de la población reconoce que no podría vivir sin su 'smartphone'.
Las pantallas son el nuevo agujero por el que se escapa el tiempo. Cerca de la mitad de la población utiliza el móvil de forma activa por encima de tres horas diarias. Además, como si de un tic se tratara, más del 30% de los españoles lo comprueba diez veces por hora, y una cuarta parte lo hace veinte veces en ese mismo tiempo.
La adicción se agrava en el caso de los jóvenes. Los hijos de la era digital no pueden evitar revisar su 'smartphone' mientras están con sus amigos. ¿Ha desaparecido la auténtica intimidad? Según el estudio de Rastreator.com, el 70% de estos usuarios comprueba sus 'whatsapps' mientras ha quedado con alguien. El dato se desinfla un poco cuando se analiza a la población en conjunto, aunque son más de la mitad de los españoles (55%) los que no se olvidan del móvil ni las citas sociales.
Se dice que la 'nomofobia' -adicción al móvil- es la nueva gran enfermedad del siglo XXI. El miedo a dejar el 'smartphone' en casa perjudica ya al 29% de los jóvenes, y no parece que el porcentaje de afectados vaya a disminuir.
El día se inicia y se despide con una ojeada a la pantalla para tres cuartas partes de los usuarios. Son vascos, extremeños y castellanomanchegos los usuarios jóvenes más adictos, mientras que los riojanos, canarios y asturianos son los que dependen menos de sus móviles.
Por su parte, los usos más frecuentes del dispositivo móvil son, en orden, las llamadas, el reloj -mirar la hora o el despertador-, chatear, buscar información y redes sociales.
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