lunes, 7 de octubre de 2013

Telefonía Móvil

Según Geser, en el artículo escrito el año 2004 titulado “Hacia una teoría sociológica de la telefonía móvil”, la telefonía móvil ha supuesto una radical transformación en los ritos sociales de la interacción, en la administración de los tiempos cotidianos, en los procesos de gestión de las dinámicas grupales y organizacionales y en la gestión de las fronteras e interconexiones entre diferentes ámbitos personales: Trabajo, ocio, familia, grupos primarios. Sampedro, en el libro escrito el año 2005 titulado “Multitudes en línea”, complementa mencionando que, la telefonía móvil también ha supuesto una notable incidencia transformadora en el consumo de ocio, en la gestión de la identidad individual e incluso en la canalización de respuestas e iniciativas sociales de tipo piramidal. En palabras de Martínez y Aguado, en el artículo escrito el año 2006 titulado “El desarrollo de la telefonía móvil como plataforma mediática”, el importante peso específico de la inversión necesaria en infraestructura mantiene a la telefonía móvil atada a los requerimientos de un mercado que, sin embargo, en más de una ocasión ha contemplado cómo un servicio de valor relativo que desataba una nueva rutina de uso y abría las expectativas de implantación de nuevos servicios. La caracterización de los usuarios incipientes en el origen de las respectivas tecnologías ilustra las diferencias entre la revolución digital de Internet y la revolución digital de la telefonía móvil. Mientras los usuarios originarios de Internet fueron élites intelectuales tecnológicamente formadas, los usuarios originarios de la telefonía móvil serían élites económicas tecnológicamente dispuestas. El sesgo instrumental de la telefonía móvil, vinculado a un cierto matiz de estatus socioeconómico, marcaría el arranque de la implantación social del móvil. Se puede, en consecuencia, definir a Internet como una tecnología de origen social masificada a través del mercado, por oposición a la telefonía móvil, entendida como una tecnología comercial masificada a través de su uso social. Tanto el desarrollo de los estándares tecnológicos como la fuerte implantación social en relación al uso cotidiano, la portabilidad y la identidad individual han hecho del teléfono móvil el dispositivo idóneo para aglutinar buena parte de los usos que caracterizan a la Sociedad de la Información, convirtiéndolo en un metadispositivo, referido este como un dispositivo englobador de dispositivos digitales, y sentando las bases para una verdadera integración de opciones y servicios que constituye la base del proceso de mediatización de la telefonía móvil.

Martínez y Aguado continúan mencionando que, a diferencia de Internet, la telefonía móvil surge como una tecnología de voz operada desde un modelo de negocio de provisión de servicios integrado por operadoras, fabricantes, productores de contenido y mediadores. Dicho modelo implica una centralización jerárquica de la gestión y la inversión en infraestructuras que, a su vez, somete la innovación a la rentabilidad, aunque garantizando unos estándares de calidad y seguridad. La digitalización de la telefonía móvil supondría un despegue cualitativo respecto de esos estándares de calidad. Liberada de los límites de la tecnología analógica, las compañías operadoras centrarán su estrategia en cuatro ejes que, a la postre, supondrán la clave de su implantación masiva en el mercado: (1) Reducción de los costos para el usuario final, en tarifas y terminales. (2) Mejora de la calidad de los terminales, inicialmente reducción de tamaño e incremento de autonomía, posteriormente diversificación instrumental (c) Ampliación de cobertura y seguridad. (d) Diversificación de servicios. Si bien la digitalización resulta decisiva en las perspectivas de negocio de la telefonía móvil, literalmente, la sacan de un callejón sin salida, será la diversificación instrumental, respecto de los terminales, y de servicios, respecto del acceso, la que, de manera un tanto inopinada, extraiga a la telefonía móvil del ámbito estricto de la tecnología de voz para convertirla en una tecnología de acceso a datos, iniciando así su proceso de mediatización. En este sentido, según Fortunati, en el artículo escrito el año 2000 titulado “El teléfono móvil: Nuevas categorías y relaciones sociales”, la implantación de los mensajes cortos constituye un hito sociológico y comercial que sólo recientemente empieza a ser estudiado.

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