martes, 31 de diciembre de 2013

Las aplicaciones gratuitas, el modelo Freemium

La red de internet nos permite encontrar mucha información y programas. Parece ser que la tendencia actual apunta a lo gratis, sobre todo en los pequeños programas o aplicaciones para dispositivos móviles. Es lo que se conoce como el modelo Freemium, un sistema que de entrada nos da algo gratis y aunque funcionalmente básico, y si se quieren mejorar las opciones, hay que comprarlas in-app. Un modelo de negocio que está triunfando especialmente en el mundo de las apps. Quien haya jugado a Candy Crush conoce este modelo; llegado a cierto nivel del juego, podemos comprar tiempo extra, sólo cuesta lo que cuesta hacer clic.

Tal es así que siete de las diez mayores categorías de la App Store, la mayor parte de sus ingresos provienen de comprar in-app desde apps gratuitas. Sin embargo, el modelo no funciona igual en todas las categorías. En las apps de quiosco digital, el 99% de los ingresos provienen del modelo Freemium con compras in-app, en juegos es el 90%, el noticias el 95%, el 88% en redes sociales y el 77% en libros. En este último caso, un porcentaje interesante, el 22%, proviene de la compra de apps de pago. En un nivel un poco por debajo, en lo relacionado con la educación las cifras comienzan a igualarse, y nos encontramos con un 43% de Freemium y un 56% de pago. Música y entretenimiento está más o menos igualadas, con un 65% y 68% respectivamente de ingresos provenientes de compra in-app, y un 31% ambas de compra directa. Las aplicaciones de productividad y navegación están a la cola en cuanto a ingresos por compra in-app, con un 29% y 22% respectivamente, pero mientras en el caso de la productividad el 70% restante de los ingresos tiene su origen en la compra directa, en el caso de las aplicaciones de navegación es sólo el 55%, mientras que hay un 24% que proviene de compras in-app de apps de pago.

Lo que ninguno, de todos lo que se lanzan tras la etiqueta de lo gratuito, parece pararse a pensar es que nada es gratis. Incluso aunque sea posible llegar al nivel 60 de Candy Crush sin haber comprado nunca tiempo extra, lo gratis nunca es gratis. Un buen número de las aplicaciones que instalamos en nuestros dispositivos, en especial los celulares, no sólo ofrecen la prestación por la cual han sido descargadas. También tienen la misión “secundaria” (en ocasiones es la principal, no la secundaria) de recopilar datos. Algunos usuarios recordarán haber visto un mensaje en la pantalla de un teléfono al ir a iniciar la aplicación y pedía una serie de cosas, como activar la geolocalización para mejorar la experiencia de usuario, de esa forma le damos permiso para recopilar información sobre nuestra ubicación en todo momento..

No hay nada gratis. Todos los datos que obtienen de los usuarios se aprovechan. Los inmensos paquetes de datos se venden a otras empresas que los usarán para lo que consideren. Puede ser para ofrecer publicidad personalizada, como ingenuamente anuncian algunos, pero también se puede usar para valorar si le conceden el préstamo en el banco o no. No es de extrañar que el modelo Freemium triunfe.

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