lunes, 8 de diciembre de 2014

Cultura móvil

Goggin, en el libro publicado el año 2006 con el título “La cultura del teléfono celular: La tecnología móvil en la vida cotidiana”, propone un enfoque basado en el “circuito de la cultura”, proveniente de los estudios culturales. Du Gay y sus colegas, en el libro escrito el año 1997 titulado “Estudios culturales: La historia del Walkman Sony”, menciona que la cultura no es meramente expresión o reflexión de otros procesos, la cultura es ahora considerada como constitutiva del mundo social, tanto de los procesos económicos como de los procesos políticos. La tarea de comprender la cultura es, por tanto, un compromiso necesario para la comprensión de las prácticas y los procesos sociales. La producción social de sentido, por lo tanto, es una condición necesaria para el funcionamiento de todas las prácticas sociales y las condiciones culturales de las prácticas sociales deben formar parte de la explicación sociológica de cómo funcionan. La descripción y el análisis de la cultura, por lo tanto, es cada vez más importante para la producción de conocimiento sociológico.

Una de las características del circuito de la cultura es aproximarse desde la articulación. Du Gay y sus colegas, en el libro citado anteriormente, sugieren que en el estudio de un texto o artefacto cultural, hay que identificar cinco grandes procesos interrelacionados: Representación; Identidad; Producción; Consumo y Regulación. En conjunto, estos cinco puntos completan una especie de circuito, a través del cual, cualquier análisis de un objeto cultural debe pasar para que sea estudiado adecuadamente. Así, por ejemplo el walkman Sony no sólo es parte de la cultura de las personas, sino que posee su propio distintivo cultural. Es cultural porque se asocia con determinados tipos de personas, con ciertos lugares, porque se le ha dado o ha adquirido un perfil social o un perfil de identidad; de hecho, la imagen del walkman se ha convertido en una especie de metáfora que significa o representa un distintivo sello moderno, de la cultura tecnológica o del modo de vida. Sony Walkman es una pista para el estudio de la cultura moderna en general.

Este marco permite la articulación de los significados de los objetos, la gente utiliza objetos materiales, tales como ropa, relojes, automóviles y otros, junto con lo que dicen y con lo que hacen, según determinados proyectos de identidades que se reconocen entre sí, es decir, que están implícitos en el discurso. Du Gay y sus colegas, en el libro citado, mencionan que representación e identidad, es la práctica de construcción de significados a través del uso de los signos y del idioma, principalmente a través del lenguaje, frecuentemente empleado por la publicidad, para recoger los significados que el producto ha acumulado y tratar de construir una identificación entre los consumidores y los significados. Al respecto, el investigador Hall, en el libro publicado el año 1996 titulado “Interrogante de la identidad cultural”, menciona que se da a las cosas sentido por la forma en que representan a las personas.

Según Antonio Ariño, en la ponencia publicada el año 2010 con el título “¿Qué está cambiando en las prácticas culturales?”, un enfoque sistemático supondría abordar al menos cinco aspectos del cambio, que son en realidad cinco dimensiones de la cultura: El lenguaje, la práctica, el contenido, la organización y las formas de capital. En la primera década del siglo veintiuno, en particular, se ha conocido la instauración de la hegemonía del régimen de comunicación audiovisual-digital en la vida cotidiana y en la globalización de los flujos de significado, mediante la permanente y ubicua conectividad. Este fenómeno, compuesto por conectividad, movilidad y globalización de los flujos de signos, afecta y afectará de forma decisiva a todos los aspectos de la vida social y a la organización y producción del significado. Según Aghaei y sus colegas, en el artículo publicado el año 2012 titulado “Evolución del WWW: De la Web 1.0 a la Web 4.0”, se observa un gran incremento de usuarios de la Web 2.0, pero en realidad en la acelerada evolución de la Web, los cambios más grandes recién se experimentaran de una manera bastante radical en las nuevas etapas de desarrollo de la red de redes, conocidas como Web semántica o Web 3.0 y Web ubicua o Web 4.0. En su primera etapa la Web conectaba datos, información y documentos; en la segunda, la Web social, está conectando personas que crean comunidades, foros y blogs, gracias a las aplicaciones de redes sociales propias de la Web 2.0 como los foros y las Wiki. La Web semántica es un conector que localiza contenidos, mediante máquinas de búsqueda que utilizan algoritmos personalizados y documentos enriquecidos de metadatos y ontologías. La Web 4.0 se supone que tendrá la capacidad de conectar todo con todo, gracias a la intervención de agentes inteligentes virtuales, que se encargaran de simular las complejas operaciones que ocurren en la mente de las personas.

Ariño, en la ponencia citada, continua mencionando que la hegemonía del lenguaje digital supone un desafío y socavamiento de muchos mitos sobre los que se ha asentado el concepto de cultura, por ejemplo, la centralidad de la comunicación letrada y del libro, además de la transformación de las pautas de acceso a los bienes y servicios culturales, a través de la movilidad, o la distinción entre producción y consumo. Al mismo tiempo, produce: Desdiferenciación de espacios y campos, tales como información, entretenimiento, comunicación; nuevas realidades y objetos como las redes, comunidades virtuales e hipertextos, y, por encima de todo, la meta-cultura. Se denomina meta-cultura a la resultante de un proceso de creciente integración, propiciado por Internet, de todas las formas culturales, pasadas y presentes, que ahora se encuentran, real o potencialmente, accesibles al individuo mediante conexión en cada pantalla. Al hablar de integración no se hace referencia a la creación de una estructura interrelacionada en el sentido que la primera antropología dio al concepto de cultura como sistema integrado o totalidad de sentido, ni tampoco a la idea imperante durante el auge del nacionalismo estatal de que a un Estado le correspondía una sociedad y una cultura nacional, sino a un fenómeno infinitamente más extenso pero también más difuso e inconexo, menos unificado; más informal, pero no menos real, derivado de que el medio virtual es el espacio de la realidad, de toda la realidad, ya que es un hiperespacio constituido por la confluencia de los diversos medios. Tal vez la nueva metáfora denominada “Computación en la nube” constituye una certera aproximación simbólica a esa realidad de la que aquí se habla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario